La crisis de la edad le hizo reincidir. Sus amigos reconocen que necesitaba psicológicamente superar a Federer. Se sentía estancado en el número 10
del Top Ten de la ATP y calculaba que estaba al final de una etapa
física, así que definitivamente abandonó a su familia para entregarse en
cuerpo y alma a la raqueta. Y esta vez rompió con todo. Se cambió el
nombre deportivo de Wawrinka por Stan, abreviatura de su nombre de pila,
contrató a un nuevo entrenador y se tatuó en el brazo un verso de
Samuel Beckett: "Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor".
Fuente: Elmundo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario